Ubicado en un amplio meandro en la margen izquierda del río Pisuerga a unos 3 kilómetros al norte de la ciudad de Valladolid, el Soto de Medinilla es uno de los más importantes y mejor conocidos asentamientos de esta época en la Península Ibérica, presentando un intenso poblamiento que se extiende de forma continuada, a lo largo de seis o siete siglos, entre el 800 y el siglo II a. C. De hecho, es precisamente el Soto de Medinilla el yacimiento que ha permitido caracterizar la primera Edad del Hierro en el centro de la Cuenca del Duero.
La entonces Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas, del Ministerio de Cultura, por Resolución de 24 de noviembre de 1980, acordó incoar procedimiento de declaración del yacimiento de Soto de Medinilla (Valladolid), como monumento histórico-artístico y arqueológico de carácter nacional.
Ubicada en la zona central de la provincia de Burgos, en la comarca del Páramo del Arlanzón, la Villa de Presencio se extiende en un llano sobre un amplio horizonte de campos de cultivo, desde el que destaca la silueta de la Iglesia de San Andrés, hito visual y núcleo central en torno al que se agolpa un apretado caserío, que conserva un interesante conjunto de arquitectura tradicional.
La entonces Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas, del Ministerio de Cultura, por Resolución de 17 de febrero de 1982, acordó incoar procedimiento de declaración de Bien de Interés Cultural, con categoría de conjunto histórico-artístico a favor de la Villa de Presencio (Burgos).
Se trata de un sepulcro megalítico de corredor, ubicado en la región central de la provincia de Valladolid, a unos 1.700 metros al noreste del municipio de Simancas, sobre la parte culminante de un relieve de gran personalidad geográfica, en plena transición entre la campiña arenosa del valle del Pisuerga al sur y el reborde meridional de la estructura caliza de los Montes de Torozos. Con una única fase de construcción y ocupación, asociada a momentos avanzados del Neolítico, ha sido objeto de diversas campañas de excavación desde los años 1980 a través de las cuales, se ha podido documentar tanto su secuencia de uso como sus características constructivas y los elementos materiales implicados en los rituales funerarios celebrados en él y en consecuencia constituye un testimonio único de las manifestaciones funerarias de finales del IV milenio a. C. en la provincia de Valladolid.
La entonces Dirección General de Bellas Artes y Archivos del Ministerio de Cultura, por Resolución de 24 de febrero de 1983, acordó incoar procedimiento de declaración del monumento histórico-artístico a favor del Sepulcro megalítico de Arroyo de Simancas, en Simancas (Valladolid), como bien de interés cultural.
El Teso de la Mora, es un emblemático conjunto con una larga ocupación humana a través de la historia, desde época calcolítica hasta la Edad del Bronce, albergando a partir de la centuria siguiente, una ocupación vaccea. A época romana altoimperial corresponderían las estructuras hidraúlicas romanas identificadas como cisternas o depósitos de agua, de planta rectangular con cubierta de bóveda de cañón construidas en opus caementicium y revestidas de opus signinum, que constituyen un «unicum» por su cronología, caracterización constructiva, periodo de uso y función en el territorio.
La entonces Dirección General de Bellas Artes y Archivos, del Ministerio de Cultura, por Resolución de 21 de septiembre de 1983, acordó incoar procedimiento de declaración del Castro y Cisternas Romanas del Teso de la Mora, en Molacillos (Zamora), como monumento histórico-artístico.
La Villa Romana del Prado, situada al oeste de la ciudad de Valladolid, en la vega de la margen derecha del río Pisuerga, al pie de una suave loma situada sobre el arroyo del Caño Morante, a una altitud media de 703 metros, constituye un referente de trascendental importancia para la comprensión del fenómeno de las villas áulicas de la meseta norte, por ser una de las primeras que fueron conocidas y excavadas de forma sistemática en la provincia de Valladolid. Se trata de una ocupación estable de carácter rural desde al menos el siglo III, hasta la primera mitad del siglo IV, y constituye una fuente de conocimiento única en el panorama de las villas romanas en Castilla y León.
La entonces Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas, del Ministerio de Cultura, por Resolución de 24 de noviembre de 1980, acordó incoar procedimiento de declaración de la Villa Romana del Prado, Granja José Antonio, Valladolid, como monumento histórico-artístico y arqueológico, de carácter nacional.